sábado, 6 de mayo de 2017

La expansión de Europa en el Mundo

Situación de la Península Ibérica durante el siglo XV

Los viajes ibéricos de fines del siglo XV y comienzos del siglo XVI

  • Portugal
Tiene una situación geográfica privilegiada: posee costas sobre el Océano Atlántico y está cerca del continente africano. En el siglo XII había culminado la reconquista de su territorio de la dominación  musulmana. Interesado en ampliar su territorio buscó expandirse por África y sus costas atlánticas, pues el poderoso reino de Castilla y la cadena de los Pirineos, le impedían hacerlo hacia el interior de Europa. El deseo de convertir a los infieles, el afán de aventura y el interés de encontrar oro, los impulsó a buscar una nueva ruta a Oriente. Fue fundamental en este proceso la labor y entusiasmo del príncipe Enrique, llamado “El Navegante” (1390-1460). Apasionado por la ciencia y deseoso de servir a su patria en la lucha contra el Islam, creó en Sagres, sur del reino, una escuela náutica, centro científico donde se enseñaba a navegar y se difundían los conocimientos geográficos de la época. Esta labor fue apoyada por la rica burguesía portuguesa.
De 1416 a 1460, fecha de la muerte de Enrique “El Navegante”, se descubrieron las islas Azores, Madera, y se exploraron las costas africanas del noroeste.
  • Los reinos de Castilla y Aragón
 A fines del siglo XV, España, por su parte, logró la unidad territorial.  Durante la lucha, de más de 700 años contra los moros, se produjo el matrimonio de Isabel de Castilla y Fernando de Aragón, en 1469, sentándose las bases para la unión de los dos reinos más importantes de la Península. En 1494 el Papa Alejandro VI les dio el título de “Reyes Católicos”. A pesar del casamiento, cada uno continuó gobernando su reino. La unidad política definitiva se realizará con el reinado de su nieto, Carlos I.
Desde el punto de vista religioso, fueron intolerantes con los judíos y los musulmanes, quienes al ser expulsados de España, provocaron gravísimas consecuencias económicas. Eran la mano de obra calificada para las labores agrícolas y artesanales, así como importantes comerciantes.
En el año 1492, la situación económica de estos reinos era de crisis, con numerosos desocupados, fundamentalmente soldados, que habían quedado inactivos al finalizar las guerras de Reconquista. En este año se le presentará la oportunidad de nuevos horizontes con la propuesta del marino genovés Cristóbal Colón.





¿POR QUÉ SE PRODUJO LA EXPANSIÓN?


¿Cuáles fueron los motivos que impulsaron a las naciones europeas, a emprender esta carrera de expansión fuera de su continente, a partir del siglo XV? ¿Cuál fue la nueva mentalidad y cuáles los recursos técnicos y científicos que dieron a esta expansión tan sorprendente éxito?
Veamos:
La nueva mentalidad. El protagonista de este acontecimiento fue un nuevo tipo de hombre que aparece con el Renacimiento: independiente, libre, de fuerte personalidad, con espíritu de empresa, que aceptaba el peligro por la fama, el renombre, el provecho personal. Este hombre fue el resultado de la acumulación de conocimientos, de exigencias religiosas, de presiones económicas y de innovaciones técnicas.
Escasez de metales preciosos. El oro y la plata, eran esenciales para la acuñación de moneda. Esto permitía el intercambio económico y el pago de los ejércitos y funcionarios por parte de los reyes.
En la segunda mitad del siglo XV, los turcos musulmanes se habían apoderado del oro africano proveniente de Guinea y Sudán, esencial para la economía europea. A esto se agregó la escasa producción de las minas de plata alemanas. Por estas razones, se hizo necesario buscar nuevas fuentes de abastecimiento de metales preciosos, fuera del continente europeo.
 Espíritu de cruzada. En estos viajeros influyó el espíritu de cruzada, producto del enfrentamiento desde el siglo VIII entre el Occidente cristiano y el Islam, interesados cada uno en imponer y expandir su religión. La toma de Constantinopla, capital del Imperio Bizantino, en 1453 por los turcos, consolidó un imperio musulmán militarmente muy fuerte y difícil de vencer. Surgió la idea de atacarlo por la retaguardia, buscando el apoyo de supuestos reinos cristianos que estarían ubicados en África y Asia.
 Importancia de las especias. Durante el otoño europeo, gran cantidad de animales debían ser sacrificados por la escasez de forraje. La carne se conservaba para su consumo en el invierno, salándola o adobándola. Las especias, como la pimienta, servían para la conservación de la carne. Se utilizaban también para hacer productos medicinales y se acostumbraba a sazonar las bebidas para hacerlas más fuertes y excitantes. Por ejemplo, se mezclaba la cerveza y el vino con polvo de jengibre y canela. Las especias más codiciadas eran el pimentón negro, la pimienta y el jengibre de la India, la pimienta y la canela de la isla de Ceylán y de China, la nuez moscada y el clavo de olor de las Molucas.
Hasta fines del siglo XV, los árabes controlaban las rutas asiáticas de las especias que comunicaban la India y las islas vecinas con los puertos del Mediterráneo Oriental. En estos puertos, los comerciantes venecianos y genoveses se abastecían de ellas y las vendían por toda Europa. El monopolio ejercido por estos comerciantes así como el paso de la mercadería por tantas manos, encarecía enormemente el precio de estos productos determinando la necesidad de ir a buscar las especias a los países de origen.

ELEMENTOS QUE PERMITIERON REALIZAR LOS VIAJES.

 Ø  Adelantos científicos. El Renacimiento posibilitó la difusión de los conocimientos geográficos de la Antigüedad,  olvidados durante la Edad Media, como, por ejemplo de esfericidad o redondez de la tierra, del griego Ptolomeo. Paolo del Pozzo Toscanelli (1397-1482), compuso en el año 1474 su “Tabla Oceánica”. Para él, era indiscutible la redondez de la tierra, y estaba seguro que yendo hacia el Occidente, se encontraría la India. El error que cometía era la distancia: pensaba que sólo separaba Lisboa de Catay (China), 250 millas. Esto despertaba confianza en los navegantes de la época que veían realizables las empresas.
 Ø  Adelantos técnicos. Por otra parte, se perfeccionaron algunos instrumentos para ayudar a la navegación, como la brújula y el astrolabio.
 La brújula fue inventada por los chinos y perfeccionada por los italianos. Es un instrumento de orientación basado en la propiedad que tiene la aguja imantada de colocarse en dirección norte-sur. Conocida en el Occidente desde el siglo XIII, a fines del siglo XV se le colocó sobre un eje fijado a un disco con la “rosa de los vientos”, de modo que la aguja oscilaba indicando siempre el polo magnético, próximo al Polo Norte. La brújula era imprescindible para la navegación de altura o de alta mar.
El astrolabio, invento griego y utilizado por los árabes, servía para determinar la latitud. Los astrolabios se hacían de latón. Cada extremo del visor tenía un agujero, por el que se enfocaba el astro deseado. El visor mostraba la altura en grados sobre el horizonte, determinando la latitud y permitiendo ubicarse en medio del océano.
 Ø  Existencia de capitales. Los viajes fueron posibles por la existencia de capitales suficientes, producto del comercio. Los particulares que financiaban estas empresas esperaban obtener, a cambio de ello, lucrativos beneficios asegurados por el apoyo que los monarcas les daban. Sin estos capitales, los viajes no hubieran podido realizarse.
 Ø  Nuevas embarcaciones. Se construyeron nuevos tipos de barcos como las carabelas y los galeones, diseñados para moverse en el Océano Atlántico, cuyas condiciones de navegación eran muy distintas a las del  Mar Mediterráneo.
La carabela era un navío de pequeño tonelaje, muy veloz, de formas redondeadas, de poco calado, con tres mástiles con velas latinas (triangulares). Era capaz de enfrentar olas de l0 metros de altura y recorrer más de 250 Km diarios, con vientos favorables. No podía navegar contra el viento, pero sí podía aprovechar impulsos laterales mediante un hábil manejo de la orientación de las velas. Transportaba una tripulación de hasta 30 hombres.
La adaptación de las armas de fuego a los barcos convirtió a los exploradores en guerreros y les permitió salir rumbo a lo desconocido y enfrentarse a cualquier peligro.

 ¿A QUÉ PELIGROS SE ENFRENTARON LOS NAVEGANTES?

 Los hombres que se lanzaron al mar debieron enfrentarse a los temores respecto a los peligros que les esperaban de acuerdo a las terribles leyendas que se difundían en la época.
Se decía que en el Ecuador existía una zona de aguas hirvientes; que piedras imantadas atraían a los navíos al fondo de las aguas; horribles animales fantásticos acechaban el paso de navíos y marineros, y que el sol tropical los volvería negros; se hablaba de terribles monstruos marinos que surgían de entre el vapor de las aguas, al sur del Cabo de Buena Esperanza y que atrapaban y trituraban los navíos como si hubieran sido de azúcar; se decía que había mujeres con cabeza de cerdo y otras con pezuñas que andaban por la selva enloqueciendo a los viajeros con sus hermosos cuerpos.
 Los temores fueron desapareciendo con la experiencia  y sólo quedaron los peligros reales: tuvieron que soportar tempestades, olas grandes como casas de seis pisos y la incomodidad de las embarcaciones. No tenían sitio para dormir, excepto la cámara para los oficiales en la popa. La tripulación dormía en la cubierta y si había mal tiempo, en la bodega. Además de las ratas y de las cucarachas, todos los barcos de madera hacían agua, y el bombeo parece haber sido rutina diaria. Durante el mal tiempo, no había, probablemente, espacio seco en el barco. La alimentación consistía en pescado y carne salada, de vaca o de cerdo, habas y galletas. Como el agua se descomponía, llevaban grandes cantidades de vino, siendo un litro y medio la ración normal diaria por hombre. Al no poder calcular la duración de los viajes la comida se agotaba, los bizcochos se agusanaban, y como no se comían alimentos frescos, el escorbuto, producido por la carencia de vitamina C, enfermaba a los hombres. Otras enfermedades frecuentes eran la viruela y el tifus. Era común arrojar al mar uno o dos cadáveres por semana.
Otra de las grandes dificultades para los navegantes fueron los vientos alisios. Estos vientos soplan permanentemente en la zona intertropical. Al salir de Europa hacia el sur de África, estos vientos son favorables, pues soplan del nordeste al sudoeste. Al llegar al Ecuador encontraban la barrera de los alisios del sur que soplaban en su contra. Por lo tanto, debían dar un gran rodeo, “gran volta”, para evitarlos y volver a tomar el rumbo hacia la costa africana. Al regreso, los alisios del Sur son favorables, pero al llegar al Ecuador debían efectuar otra gran volta para poder llegar a Europa. La introducción de la vela latina triangular permitió navegar contra el viento. También las zonas de calma impedían que las naves avanzaran por ausencia de vientos.

Bibliografía consultada: 
  • Geymonat, R, et al; Historia II. La Época Moderna en Europa y América. Editorial Santillana.
  • Abadie, S; et al; Historia 2ºc.b. Europa, América y Uruguay entre los siglos XVI y XIX. Ed Monteverde.

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