lunes, 12 de junio de 2017

LA ECONOMÍA HISPANOAMERICANA DURANTE LOS SIGLOS XVI Y XVIII.



Definición. Se designa como Mercantilismo a la doctrina y prácticas económicas de la mayoría de los estados nacionales europeos, durante el período que transcurre del siglo XV al siglo XVIII.
El mercantilismo fue el modelo económico más común de las monarquías absolutas de Europa entre los siglos XVI y XVIII. De acuerdo con esta doctrina, la riqueza de un reino se basaba en la cantidad de oro y plata que tuviera. Esta idea hizo que toda la actividad económica de los Estados se centrara en reunir la mayor cantidad posible de metales preciosos mediante una balanza comercial favorable, es decir, que las exportaciones de productos fuesen mayores a las importaciones.

Objetivos. Su finalidad era el fortalecimiento de la nación a través de la adquisición de metales preciosos,  ya sea con la explotación de minas propias, o la venta de mercaderías al exterior.

Caracteres. No le interesa el bienestar individual, sólo la grandeza del reino. Por esta razón el Estado intervino en todos los aspectos de la vida económica.

Esta política se asienta sobre una serie de principios básicos:

  •  la riqueza de un país se basa en la cantidad de metales preciosos que posee;

  •  conviene comprar poco y barato, y vender mucho y caro, es decir, tener una balanza comercial favorable.
  •  la producción nacional debe ser protegida por el Estado, poniendo fuertes impuestos a los artículos importados.
  •  el Estado, además, regula el volumen, la calidad y la cantidad de la producción. Es un estado intervencionista, mediante leyes proteccionistas defiende la producción nacional de la competencia extranjera.
El contacto entre América y Europa, dio origen a un importante intercambio de especies animales y vegetales, que cambiaron la economía de ambos continentes. Desde los inicios, los españoles se interesaron en las plantas americanas, base de la alimentación y de las medicinas indígenas. El uso y la difusión de las plantas americanas y europeas, fue, al comienzo, en forma aislada realizado por soldados, marinos y las órdenes religiosas. Luego se realizará a través de la Corona española.
Sin embargo, tener una balanza comercial favorable no era la única manera de conseguir oro y plata. La otra forma que usaron los imperios coloniales como España, Portugal e Inglaterra fue la de conquistar, colonizar y explotar los territorios en América o África donde existían yacimientos de metales preciosos. En aquellas colonias que carecían de oro y plata, se explotaban sus recursos agrícolas y ganaderos. A su vez, las colonias tenían prohibido comerciar con cualquier otro país que no fuera el imperio del que formaban parte. Quienes seguían las ideas mercantilistas creían que la riqueza en el mundo era una cantidad fija, como una torta de determinado tamaño y que los países competían entre sí por obtener la tajada más grande.
La explotación de los recursos americanos.

La explotación de los recursos se realizó en dos etapas:
  • en la primera mitad del siglo XVI se produjo la etapa extractiva: se apoderaron de los tesoros indígenas.
  •  a mediados del siglo XVI comenzó la etapa “productiva” con la explotación de las minas de plata de Zacatecas  en México y de Potosí en Perú.
Los reyes mantenían derechos de propiedad (regalías) sobre determinados bienes: minas de oro y plata, extracción de la sal, piedras preciosas, perlas, así como sobre las tierras sin repartir. Pero en general, concedían la explotación de esos bienes a los particulares, a cambio de la entrega, generalmente, del quinto de lo producido, llamado "quinto real".

La minería.

La explotación minera fue la principal fuente de ingreso para España. Los yacimientos podían ser de metales preciosos (como oro, plata, platino), de metales útiles (como mercurio, cobre, estaño, hierro y plomo), de piedras preciosas (esmeraldas), de sal, de azufre, y de piedra caliza. La explotación no fue fácil debido a las zonas en que se encontraban los yacimientos, la falta de técnicos europeos y de mano de obra calificada, el anegamiento de las galerías de las minas, entre otras razones. A fines del siglo XVIII, las minas de plata censadas en el Perú eran 546. Por esta razón, los virreinatos de México y de Perú fueron considerados como los "virreinatos del oro y de la plata". A partir de 1630 comienza a declinar la producción minera. Las razones de esta reducción fueron: el aumento del contrabando de los metales, el costo de la producción, la disminución del rendimiento de las minas, el aumento de los impuestos, la reducción de la mano de obra y el consumo por parte de la población de objetos de plata y oro.
El metal precioso americano le sirvió a España para:
  •  Pagar los gastos de la Corona, y de la administración del Imperio: funcionarios, ejército, etc.
  •  Costear las guerras de los reyes en Europa.
  •  Armar los buques de escolta de la armada real que acompañaban a los convoyes que entraban y salían de España a América.
  •  Comprar mercaderías a otros países para abastecerse ella y a América. Por esta razón, salieron de España enormes cantidades de metales preciosos, durante los siglos XVI y XVII, beneficiando a países como Francia, Holanda e Inglaterra.
La Tierra.

El concepto de propiedad de la tierra era desconocido entre las civilizaciones indígenas. Pero, los derechos generados por cientos de años de uso se perdieron así como el intercambio de productos entre las comunidades, de acuerdo a lo que cada una producía, como resultado de la conquista. La propiedad de la tierra pasó a corresponder, por derecho y en teoría a la Corona española. Pero por "gracia" o "concesión" (también llamada "merced"), los particulares podían adquirir títulos de propiedad sobre ella.
A partir del siglo XVIII, y como consecuencia del descenso 
demográfico y de la producción minera, se generalizó el proceso de apropiación de tierras. Surgieron así los latifundios, las típicas haciendas coloniales. La mano de obra de este tipo de propiedad estuvo representado por el peón, aunque hubo variantes regionales. Los pueblos de indios, que necesitaban tierras suficientes para producir y garantizar el pago de los tributos en especie, se vieron perjudicados.
La Iglesia, en especial las órdenes religiosas, tuvieron un papel muy importante en la formación de la gran propiedad: a través de donaciones, compras, usurpaciones y herencias, lograron acumular la mayor fortuna territorial del mundo colonial.

Manufacturas.

Las manufacturas no tuvieron gran desarrollo en América porque el gobierno español no las fomentó o las prohibió para evitar la competencia con las españolas. Pero a medida que la población americana aumentó, no bastó con la producción importada. Se hizo necesario desarrollar algunas manufacturas como: la industria minera (especialmente la de la plata); la industria azucarera; la carpintería; la textil (obrajes); la naval y la maderera. También se elaboró harinas, vinos, aguardientes y chocolates. Se utilizó el cuero y con la carne se hizo charque; se aprovechó la miel.
La manufactura más extendida fue la textil realizada con mano de obra indígena. México fue el único territorio al que se le permitió la fabricación de cerámica.

El comercio entre España y América.

La política comercial española con respecto a América se basó en el mercantilismo. Se estimaba que América era una fuente de riquezas: ofrecía mercados para los productos españoles, suministraba materias primas y, sobre todo, producía enormes cantidades de metales preciosos. Por ello, España monopolizó todo el comercio con las Indias. Esta política monopolista se mantuvo hasta el fin del régimen colonial. A esto se le llamó " pacto colonial".

Los instrumentos del mercantilismo.

  •  Puerto único:

Los puertos de Sevilla, y luego Cádiz, monopolizaron el comercio con América. Los comerciantes,  controlaban el volumen y la calidad de la mercadería que salía hacia América y establecían, según su parecer, los precios para su venta en ella. Este sistema de "puerto único" tenía su similar en América. Sólo tres puertos estaban habilitados para el comercio con España: Veracruz en México, Cartagena en Nueva Granada (Colombia) y Portobelo en Panamá. De esta manera se llevaban productos de América y Europa a Oriente y se traía mercadería de esta zona.

  •  Flotas y galeones:   

El comercio con América se realizaba a través del sistema llamado de "flotas y galeones". Eran barcos de carga protegidos por barcos de guerra (galeones), para evitar la acción de los corsarios y los piratas, y asegurar que los metales preciosos llegaran a España. Se enviaban dos flotas por año: una salía de España en abril y se dirigía a Veracruz en México; la otra salía en agosto y llegaba a Portobelo y Cartagena. Ambas se reunían en la Habana en marzo del año siguiente y regresaban juntas a España. El comercio entre las diversas regiones de América estaba prohibido sobre todo de los artículos que le pudieran hacer competencia a los que exportaba España.

  •  Comercio con América del Sur:

El comercio con América del Sur se realizaba desde Panamá por el Océano Pacífico hacia el puerto del Callao, en Perú. Desde allí, y a lomo de mula, utilizando los caminos indígenas, se cruzaba la cordillera de los Andes y se abastecía la zona del Río de la Plata. Debido a las distancias y a los innumerables intermediarios, un producto que llegaba al Río de la Plata se encarecía hasta un 600 %.

El fracaso del monopolio.


España tenía muy poco desarrollada su producción y no pudo abastecer todas las necesidades americanas. Por ello debió recurrir a la compra de mercaderías extranjeras, especialmente de Flandes, Francia e Inglaterra. Los comerciantes españoles se transformaron, así, en simples intermediarios. España tuvo, por este motivo, una balanza comercial desfavorable, pues el oro proveniente de las Indias pagaba sus importaciones europeas. Por su parte, las colonias estuvieron irregular e insuficientemente abastecidas de productos europeos. Esto permitió el desarrollo del contrabando en América. Los principales protagonistas de esta actividad fueron ingleses y franceses. A través del contrabando, los americanos recibían mercaderías más variadas y a precios más bajos que las que provenían de España. La reacción de las autoridades españolas ante estos graves peligros, fue por un lado, proteger los barcos con galeones; por otro, la construcción de fortificaciones para proteger los puertos, con guarniciones militares profesionales. Los corsarios eran franceses, holandeses, pero el papel más importante fue desempeñado por los ingleses. Los personajes que alcanzaron la mayor celebridad fueron Hawkins, Drake y Morgan.

Fuentes:
  • Abadie, S; et al; Historia 2ºc.b. Europa, América y Uruguay entre los siglos XVI y XIX. Ed Monteverde.

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